El valor de las ocupaciones en prisión
Visita de Daniel Émeric
Desde ese día, nuestra mente sufrió un cambio. Había comenzado a despertarse un interés diferente por visualizar el mundo que nos envuelve.
Entendimos o, bueno,
descubrimos, otro modo de inspiración personal y proyección laboral.
Dimos la oportunidad
al pensamiento de albergar conceptos que
razonábamos como impensables, injustos, incluso me atrevería a decir inhumanos;
¿Derecho? ¿Cómo van a tener derecho? ¿Derecho a qué?
Refugiar esta idea,
hace posible aspirar hacia un modo de reinserción social.
Resulta evidente que el
contexto institucional, físico y social de nuestras cárceles queda configurado
de manera incongruente con el derecho a la reinserción recogida en nuestra
Constitución.
Todo ello implica
restricción en la participación ocupacional, lo que nos lleva a la necesidad de
reconsiderar el papel de la institución, de la ocupación y, del rol
profesional.
Apostar por una línea
trasformadora que traspase las fronteras de la prisión, que de valor a la
ocupación dentro y fuera, sería una base estimulante para comenzar con el
supuesto fin de la encarcelación.
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